... El pueblo y sus alrededores se hacen nuevos cada día...
...Es cierto que el poeta de Moguer prefería la esencialidad de lo perecedero, de lo que indica acabamiento, por ser ello más real y cierto (el ocaso, el invierno, la tarde...)...
... Pero siempre la salida del sol, el orto, nos anima a la vida, al encuentro con los demás, a compartir la insignificancia de lo que somos...
... Y siempre, al fondo y de frente, ese pueblo en el que somos, donde se forja nuestra identidad....
... Se abren los caminos en la mañana preotoñal, y cuando llega septiembre todo es maravilloso..
... Nada como el sol naciente entre los encinares que nos son tan queridos....
... El horizonte matinal ensancha nuestras miras hacia el infinito....
... Apunta el sol un nuevo día que deseamos lleno de venturas.
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