lunes, 5 de octubre de 2015

D. SANTOS PARADÉS

Don SANTOS PARADÉS MUÑOZ, cura párroco de Malpartida de Plasencia durante 28 años (1987-2015), se despidió ayer del pueblo chinato. El entrañable y multitudinario acto tuvo lugar en el marco incomparable del templo -la iglesia parroquial de San Juan Bautista- donde durante tantos años Santos ha ejercido su ministerio sacerdotal. Todo un pueblo puso sus voces para expresar la gratitud, el reconocimiento, la amistad y el cariño que tanto él como su hermana Julia han generado entre las gentes de Malpartida. 
También el Colectivo Cultural Chinato, asociación a la que siempre prestó su atención y con la que compartió momentos y actividades enriquecedoras, sumó su palabra agradecida a la de otras asociaciones y personas en un encuentro solemne, pero, al mismo tiempo, muy cordial y emotivo:

Poco o casi nada puedo añadir a todo lo expresado por quienes me han precedido, salvo suscribir las palabras de reconocimiento, gratitud y amistad para don Santos Paradés, párroco que ha sido de nuestro pueblo durante 28 años y que ha convivido ese tiempo con los chinatos. Menguado campo me queda para ser original, mas ello no importa. En nombre del Colectivo Cultural Chinato y en el mío propio, expongo unas breves consideraciones que vienen al caso.
Cuando alguien se va de un lugar, en este caso Santos,  algo muy suyo deja en él, pero también algo lleva al nuevo destino, a ese refugio de la edad provecta, de la jubilación y merecido descanso,  donde hallará el calor ante la inminente presencia de las “provincias del frío”. Don Santos deja aquí las imborrables huellas de su obra, de su trabajo, de su quehacer, de su entrega sacerdotal a las gentes de Malpartida. Su empuje, su vitalidad, su talante abierto y comprensivo, su conexión inmediata con los chinatos y otras cualidades que lo adornan, lo llevaron a revitalizar las prácticas religiosas, litúrgicas, procesionales, etc., y a involucrar a muchos fieles en la vida parroquial, no sólo en lo referido a la iglesia y sus asuntos, sino también a los problemas sociales y de caridad cristiana.
Asimismo, siempre  estuvo presente en las actividades culturales, y lo hizo con esa altitud de miras propia de las personas tolerantes,  de quienes no excluyen a nadie, a pesar de credos, militancias y fidelidades muy diferentes.
Por todo ello, y con el mismo respeto, idéntico talante, similar sentimiento recíproco de cordialidad hacia él, manifiesto que se lleva la amistad, la gratitud, el reconocimiento de las gentes de Malpartida, de muchas personas que lo hemos tratado. Lo único que no debe ahorrarse es la gratitud, y por lo que se ha dicho aquí esta mañana, los chinatos  no hemos sido mezquinos a la hora de mostrar nuestro agradecimiento a don Santos.
Felicidades, Santos. Felicidades, July (también). Sabemos que en vuestros corazones hay un rinconcito para este pueblo y sus gentes; para nosotros, los chinatos. Aquí habéis fomentado lazos de amistad, solidaridad, colaboración y otros valores ejemplares, que se añaden al deber cumplido. Os echaremos de menos y siempre os recordaremos. Esperamos que vuestra partida no signifique un “adiós”, sino un “hasta luego”,  y estamos seguros de que nos seguiremos viendo.





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