El Colectivo Cultural Chinato promueve de nuevo La Ruta de las Encinas con el mismo recorrido del verano pasado, cuando se llevó a cabo por primera vez con motivo de las V Jornadas del Emigrante. Pero ahora, en primavera, la experiencia tiene otro color, y la encina se encuentra en toda su plenitud mostrándonos sus flores . El campo es un espectáculo de variedad cromática, de abundancia de aromas, de múltiples sones, entre los que destacan los trinos de los pajarillos con sus mensajes de apareamiento. Es, una vez más, el milagro de la primavera: el mundo renace a la vida y al amor.
A lo largo del trayecto y luego junto a la majestuosa encina que elegimos para culminar estos encuentros, cantaremos canciones y leeremos poemas y otros textos alusivos a la encina y al campo. La marcha, de mínima dificultad, se anuncia en carteles por el pueblo, y a ella están invitados niños, jóvenes y mayores de cualquier edad. Todos participaremos festiva y lúdicamente en este sencillo homenaje a las encinas el primer día de mayo.
Primavera amarilla
Abril venía, lleno
todo de flores amarillas:
amarillo el arroyo,
amarillo el vallado, la colina,
el cementerio de los niños,
el huerto aquel, donde el amor vivía.
El sol ungía de amarillo el mundo,
con sus luces caídas;
¡ay, por los lirios áureos,
el agua de oro, tibia;
las amarillas mariposas
sobre las rosas amarillas!
Guirnaldas amarillas escalaban
los árboles; ¡el día
era una gracia perfumada de oro,
en un dorado despertar de vida!
Entre los huesos de los muertos
abría Dios sus manos amarillas
(JUAN RAMÓN JIMÉNEZ)
No hay comentarios:
Publicar un comentario