La entrada en el mes de mayo ha sido por una verde alfombra bordada de florecillas blancas, violetas, rojas, amarillas..., caminando entre encinas en avanzada floración en las que irrumpía una melopea también multicolor de los pájaros en primavera. Lo anunciábamos en el artículo anterior... Unas treinta personas hemos secundado la llamada del Colectivo y hemos compartido dos horas largas de agradable marcha por una ruta ya conocida, pero engalanada ahora con la luz nueva y los remozados colores de una estación que siempre nos atrae y nos sorprende. Es nuestra Ruta de las Encinas en Primavera. Distinta, pues. Cantuesos y "chupaeras", "paniquesillos" y margaritas, más el espeso encinar y la aromática jara: un inigualable marco natural muy querido para la expansión cordial y el disfrute de la naturaleza. Al cobijo de la majestuosa encina homónima de nuestro amigo Jesús Garzón Heydt, se leyeron poemas dedicados a un árbol que es un elemento capital de nuestra idiosincrasia. Pasó de mano en mano con moderación la bota para acompañar al refrigerio de media mañana. Mediodía era pasado cuando entrábamos de regreso al pueblo por el viejo Coto Escolar.
La flauta y el tambor anuncian ya la cruz de primavera...
2 comentarios:
Fué un paseo precioso, por los colores, olores y sabores pero lo mejor de todo: la compañía. Un abrazo para todos y especialmente a Florentino.
Gracias, María Jesús. Es cierto que cuando reina la cordialidad la vida cotidiana es más agradable, y la convivencia, más fácil y fructífera. Si además está de por medio la primavera, miel sobre hojuelas.
... Y ya sé que estos próximos días estaréis todos empujando en la misma dirección. Un abrazo.
(Florentino)
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